viernes, 25 de mayo de 2012

Cómo decir NO a las albóndigas con patas y salir airosa

Estáis en una discoteca, bailando con las amigas y echándoos unas risas mientras dicho sea de paso, os fijáis en el moreno cachas que, sorprendentemente, está solo... con su cubata en la mano.
Le sonréis, os sonríe, juego de miraditas y saludito con la mano. Saludo que, claro, tú sorprendida le devuelves junto a una sonrisa bobalicona.
De repente algo por detrás te roza (más bien te empuja) y con horror ves a una rubia explosiva, a lo Barbie Malibú, devolviendo el saludo a su Ken.
Tranquila. No tienes que graduarte las lentillas, ni beber menos alcohol. Simplemente, estas cosas pasan.
Pero no desesperes, la noche continúa y hay muchos peces en el río.
Así que tú y tus amigas seguís bailando: Florida con JLo, Guetta, la última de Clarkson que os hace sentiros fuertes e invencibles y entonces, una mano se posa en tu hombro.
Del susto, casi te tiras el cubata por encima del vestidito tan mono que te has comprado para la ocasión. Así que te giras para ver quién diablos ha osado interrumpirte en mitad del paso de baile que habías ensayado en casa y tan hábilmente estabas ejecutando.
Con cara de pocos amigos, bajas la barbilla (ya que has desenpolvado esos taconazos que te hacen parecer mucho más alta) y te encuentras...
  • ¿Con el Ken Malibú? - está claro que no, salvo que a la Barbie se le hayan caído las pestañas postizas en la coca cola y él otro haya huído despavorido buscando una tía natural como tú.
  • ¿Con un madurito interesante? De estos cuarentones, bien vestidos y que parecen George Clooney? - Mmmmmm... lo siento pero no.
  • Ya sé... ¿Con un chico normalito pero gracioso? ¿De estos que tienen cara simpático y prometen risas garantizadas? - Pues tampoco.
Y aquí, amiga mía... Si no has tirado ya el cubata, poco te falta... porque tienes ante ti... ¡A la albóndiga con patas!
Sí, el típico baboso de discoteca, barriguitas, pequeñito, cuadrado porque curiosamente, hace pesas para los bíceps aunque se olvida de ejercitar el resto de cuerpo... que para tu estupor te mira de arriba abajo con una sonrisa de dudosa limpieza y te suelta:

- ¿Qué hay guapa? ¿Vienes mucho por aquí?

Y tú en ese momento, que no sabes si echarte a reír o a llorar, buscas en una fracción de segundo a tus amigas, que claro, muertas de la risa, han salido despavoridas para dejarte algo de "intimidad" con tu nueva conquista.
Y es en ese momento cuando intentas recordar el por qué de esa amistad.
Pero claro, todo esto sucede en milésimas de segundos porque frente a ti tienes a la albondiguita que te mira con ojitos de corderito degollado.

Y amiga mía, aquí tienes varias opciones:

Opción 1. Tirarte el cubata por el vestido. Excusa perfecta para ir al baño a limpiarte, enviar un whatsapp a las amigas jurando en hebreo y salir de la discoteca con la mayor dignidad posible y a ser posible por la puerta de atrás... No sea que te descubra!
Pero claro, esta opción tiene un inconveniente... adiós al vestido y qué queréis que os diga... ¡no merece la pena!

Opción 2. Tirárselo a él, disimuladamente, claro. Pero esta opción tampoco es muy recomendable porque solo falta que el muchacho te quiera endosar la factura de la tintorería... No, no es plan. Y menos en los tiempos de crisis en los que vivimos.

Opción 3. Excusarte y decirle que estás esperando a tu chico, que por cierto, es altísimo y está cachísimas y que encima, es campeón de taekwondo. Ah y muy celoso. Alternativa viable siempre y cuando te apures de un trago el cubata y te vayas a otro bar.

Opción 4. Como eres muy educadita y algo tímida... pues chica, aguanta chaparrón y déjale hablar. Tú asiente y ya de paso, pídete otro cubata, con otra bebida podrás aguantar mejor la cháchara de la albóndiga. Y si por lo menos te invita... Eso que te llevas.

Opción 5. Le dices que a ti los tíos no te van. Lo más probable es que salga por patas, salvo que te diga que a él no le importa. O que te diga aquello de: Nadie es perfecto. Entonces, lo siento. Apaga y vámonos...

Y bueno, te podría dar muchas más opciones y alternativas, desde educadas a groseras, pero creo que te puedes ir haciendo una idea...
Por último, amiga, si eres paciente y le aguantas media noche, ¿quién sabe?
Igual resulta que a pesar de ser una albondiguilla y tras beberte tú varios cubatas (que también ayuda) le empiezas a encontrar su puntillo...
Y si encima se te da bien la cocina... Pues chica, who knows? Igual con una salsita, te sale apañado el muchacho...

Ciao gente guapa!!!!



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